El desarrollo del trabajo (a cambio de un salario) debería llevar unida una ineludible responsabilidad sobre el mismo, pese a que muchos trabajadores (agrupo a todos los niveles de cualquier organización) lo consideren algo ajeno a ellos o lo han olvidado.
Según la Real Academia Española (RAE), la palabra RESPONSABILIDAD contempla un abanico amplio de definiciones.
"La responsabilidad es el compromiso u obligación de tipo moral que surge de la
posible equivocación cometida por un individuo en un asunto específico. La
responsabilidad es, también, la obligación de reparar un error y compensar los
males ocasionados cuando la situación lo amerita.
Otra definición posible
mencionada por la RAE señala que la responsabilidad es la habilidad del
ser humano para medir y reconocer las consecuencias de un episodio que
se llevó a cabo con plena conciencia y libertad.
Por lo tanto, una persona
responsable es aquella que desarrolla una acción en forma consciente y que puede
ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento posea. De este
modo, la responsabilidad es una virtud presente en todo hombre que goce
de su libertad.
Más exactamente podemos
determinar que una persona que se caracteriza por su responsabilidad es aquella
que tiene la virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera
consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas
decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.
Por ello, es necesario
añadir que un elemento que tiene que estar presente y que sin él es imposible
hablar de responsabilidad es el de libertad, pues esta es la que determina el
que alguien pueda realizar cualquier acción porque así lo estima oportuno o lo
desea. Pero también es vital que dicho individuo tenga también razón. Así,
quien carece de raciocinio, como por ejemplo un niño o un desequilibrado, no
puede ser responsable de sus actos.
Muchas son las personas que
carecen de esta virtud que, según señalan los expertos, se hace más patente en
personas que cuentan con otras dos cualidades muy positivas. Por un lado, estaría
la valentía y por otro la humildad. Y es que esta última es vital para que
alguien que ha cometido un error con sus actos carezca de orgullo para pedir
perdón."
¿En cuantas personas habéis pensado leyendo estas líneas?
Para que las organizaciones empresariales funcionen bien deben saber rodearse de personas responsables con sus trabajos por muy insignificante que parezcan los mismos, desde el trabajador que barra el taller o limpia los lavabos hasta el propio Director General. Y, lo más importante (y desde mi punto de vista muy carente en el tejido empresarial español que conozco), reconocer dicha responsabilidad e incentivarla.
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