jueves, 3 de octubre de 2013

LA RESPONSABILIDAD EN EL TRABAJO

Cuando firmamos un Contrato de Trabajo estamos firmando un acuerdo por el cual una persona natural (trabajador) se obliga a prestar un servicio personal a otra persona natural o jurídica (empleador), bajo dependencia o subordinación y a cambio de un salario. 


El desarrollo del trabajo (a cambio de un salario) debería llevar unida una ineludible responsabilidad sobre el mismo, pese a que muchos trabajadores (agrupo a todos los niveles de cualquier organización) lo consideren algo ajeno a ellos o lo han olvidado.


Según la Real Academia Española (RAE), la palabra RESPONSABILIDAD contempla un abanico amplio de definiciones. 
"La responsabilidad es el compromiso u obligación de tipo moral que surge de la posible equivocación cometida por un individuo en un asunto específico. La responsabilidad es, también, la obligación de reparar un error y compensar los males ocasionados cuando la situación lo amerita.


Otra definición posible mencionada por la RAE señala que la responsabilidad es la habilidad del ser humano para medir y reconocer las consecuencias de un episodio que se llevó a cabo con plena conciencia y libertad.
Por lo tanto, una persona responsable es aquella que desarrolla una acción en forma consciente y que puede ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento posea. De este modo, la responsabilidad es una virtud presente en todo hombre que goce de su libertad.

Más exactamente podemos determinar que una persona que se caracteriza por su responsabilidad es aquella que tiene la virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.
Por ello, es necesario añadir que un elemento que tiene que estar presente y que sin él es imposible hablar de responsabilidad es el de libertad, pues esta es la que determina el que alguien pueda realizar cualquier acción porque así lo estima oportuno o lo desea. Pero también es vital que dicho individuo tenga también razón. Así, quien carece de raciocinio, como por ejemplo un niño o un desequilibrado, no puede ser responsable de sus actos.

Muchas son las personas que carecen de esta virtud que, según señalan los expertos, se hace más patente en personas que cuentan con otras dos cualidades muy positivas. Por un lado, estaría la valentía y por otro la humildad. Y es que esta última es vital para que alguien que ha cometido un error con sus actos carezca de orgullo para pedir perdón."

¿En cuantas personas habéis pensado leyendo estas líneas?

Para que las organizaciones empresariales funcionen bien deben saber rodearse de personas responsables con sus trabajos por muy insignificante que parezcan los mismos, desde el trabajador que barra el taller o limpia los lavabos hasta el propio Director General. Y, lo más importante (y desde mi punto de vista muy carente en el tejido empresarial español que conozco), reconocer dicha responsabilidad e incentivarla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario